Comer uvas rojas es muy parecido a engullir caramelos, ya que su dulzura y sabor son únicos y además están repletas de propiedades nutritivas.
Los compuestos fenólicos (antocianos, taninos y flavonoides), abundantes en las uvas son responsables de su color y sabor, son poderosos antioxidantes y como tales son anti radicales libres naturales que previenen la causa de enfermedades como el cáncer o las cardiovasculares.
Además son vasodilatadores, y dada su cualidad antioxidante, su consumo también previene la acumulación de sedimentos en las arterias, lo que produce la arteriosclerosis.